Sea un Pain Manager, pase lo que pase.
Las restricciones del COVID-19 no deben ser a expensas de un enfoque
integral del Control del Dolor. Nada reemplaza el conocimiento del dentista, pero
tener estrategias tranquilizadoras y productos de alta calidad es fundamental
para un programa efectivo de control del dolor.
La mejora del estado de ánimo empieza en la sala de espera
Al abrir la puerta, los pacientes deben encontrarse un ambiente relajante,
con imágenes, sonidos y olores agradables. Y aun así para algunas personas la
sala de espera es realmente una prueba. Para estas personas, el programar
visitas de manera realista ayuda a evitar esperas y estrés innecesarios.
Además, dado que COVID obliga a mantener la consulta lo más aséptica, estéril y
"clínica" posible, encontrar un equilibrio adecuado entre el entorno
"aséptico" y acogedor se vuelve aún más complicado. Hay distintas
elecciones y acciones que son aún más importantes y pueden ayudar a
tranquilizar a estos pacientes. Los colores suaves, una decoración atractiva,
muebles cómodos y, aún si COVID lo hace más complicado, la vestimenta del
personal dental pueden ayudar a crear un ambiente acogedor y calmar al
paciente. La insonorización también es buena idea, ya que los ruidos de
perforación crean tensión cuando la gente los escucha desde la sala de espera.
Las estrategias tranquilizadoras continúan en la sala de tratamiento
Para los pacientes en la silla de tratamiento, es reconfortante recibir
atención de un dentista que hable con calma, incluyendo el lenguaje corporal, y
muestre empatía. Los dentistas necesitan ser conscientes de su propia
acumulación de estrés y tener en cuenta que los pacientes en la silla están muy
cerca de su dentista. Su percepción es aguda y percibirán cualquier tensión con
facilidad. Otra forma de tranquilizar a los pacientes es mantener la atención
en ellos al tener el equipo al alcance de la mano.
El producto inicial a usar: la anestesia tópica
El primer acto del dentista en la boca del paciente, antes de inyectar un
anestésico local, podría ser la aplicación de un gel anestésico tópico para
adormecer el área donde vaya a entrar aguja. Esta es una forma simple y
efectiva de reducir el estrés del paciente. Aunque este tipo de anestésico es
un paso esencial en el control del dolor, en promedio solo el 40% de los
pacientes1 reciben un gel tópico antes de una inyección.
La piedra angular del control del dolor: la anestesia local
Además de la experiencia y conocimientos, los dentistas deben poder confiar
en los mejores anestésicos locales disponibles para controlar el dolor. Hoy en
día, se tiende a usar más la articaína que la lidocaína, que en el pasado era
la opción más común. Es posible que no sea inteligente comprometer la calidad
para ahorrar costes menores, ya que los cartuchos más baratos pueden contener
látex, no tener una fase de esterilización final o tener un pH más bajo (que
puede ser más doloroso durante la inyección y tener un inicio más prolongado).
Además de los anestésicos locales, existen otras soluciones como los sedantes.
Hay innovaciones recientes que incluyen productos para revertir el
entumecimiento persistente después de procedimientos dentales en los que se haya
utilizado un anestésico local con un vasoconstrictor. Este tipo de producto es
especialmente útil en niños, para evitar que se muerdan la boca antes de que
desaparezca el efecto de la anestesia.
No todas las agujas y jeringas son iguales
Más allá de la calidad de fabricación, las agujas más innovadoras están
diseñadas para tener cortes precisos y limpios y brindar al dentista un control
óptimo (inserción más fácil y menor deflexión, como Septoject Evolution), que
minimiza el desplazamiento de tejido y la incomodidad del paciente. En cuanto a
la jeringa, el mejor diseño es aquel que tenga el tamaño adecuado para la mano
del dentista, para un manejo cómodo y excelente control durante la inyección.
Los pacientes aprecian un diseño moderno y “suave” en la jeringa: ¡algo que no
parezca un instrumento de tortura medieval!
1- Fuente: Septodont-Dental Professionals
Insights (encuesta cualitativa a 97 dentistas) realizada por Suazio Consulting
para Septodont, en mayo de 2014.